El contacto con el mundo informático tuvo dos consecuencias: por un lado, el trabajo directo con las computadoras y la búsqueda de nuevas imágenes y, por otro lado, el proyecto para una Escultura de arte total en colaboración con el músico Cristóbal Halffter y el poeta Julio Campal.
A sus primeros trabajos dentro de este campo pertenece el conocido Autorretrato que parecía abrir un nuevo camino a experimentar; al respecto, Florentino Briones explica en el catálogo de la Galería Edurne, 1974:
«A su retrato se ha superpuesto una retícula de 60 x80 puntos, y en cada uno de ellos se ha calibrado la densidad de oscurecimiento desde cero (blanco) hasta 5 (negro total). Dada entonces una retícula lineal de masa uniforme, y considerando a esos números entre cero y cinco como masas que la atraen, deformándola, se obtienen una serie de dibujos cuyas características son la base del estudio que Sempere está realizando».
A estas palabras añade Luis Lugan:
«Recuerdo la impresión que me causaron las primeras pruebas del autorretrato: el PLOTTER había dibujado con pulso humano el rostro de Sempere. Nunca el PLOTTER se había mostrado tan sensible. El proceso que sigue el dibujo es sumamente interesante. Desde las primeras líneas que van formando la cabeza de Sempere hasta la impresionante maraña final, en la que la figura desaparece, hay toda una serie de secuencias que tienen interés propio. Es una obra que justifica el empleo de la CALCULADORA.
Sempere sigue. Es un INVESTIGADOR; es un EXPERIMENTADOR y como creador; siempre está insatisfecho; quiere CONOCER. Su relación con el ordenador no ha terminado».
Me parece que el origen de todo esto fue hacia 1968 (No me acuerdo mucho de las fechas). Y es que dijeron que IBM había cedido una computadora para poder investigar.
Hicieron el edificio del Centro de Cálculo, y nos llamaron a unos cuantos artistas. Claro, muchas personas cogieron aquello como la Caja de Pandora , de la que ha de salir una serie de maravillas. Y no, no salen porque sí. Cuando no tienen que salir no salen. Porque el hombre es quien programa a la máquina. Con el tiempo, trabajando y estudiando muchísimo, teniendo una gran vocación hacia la máquina, se harán cosas estupendas. Aun contando con el obstáculo de que no es un trabajo personal, sino colectivo, lo cual reporta algún inconveniente para la realización artística.
p. De aquí proviene el proyecto con Halffter y Campal, ¿no?
r.
Exacto. Como estábamos metidos en lo de la computadora, nos dijimos: ¿porqué no agrupamos la sensibilidad y la técnica de tres personas para concebir un aparato común?
A Julio campal le correspondía la parte literaria; a Cristóbal Halffter, la música, y a mí la parte visual de aquella como escultura móvil. Una esfera de tres metros, que se debería de poner en el «hall» de IBM. Disponía de una caja de mandos y una serie de módulos, con una estructuración muy compleja. Se pulsaba el módulo 1, o el 3, o todos a la vez, y la esfera adquiría su expresión plástica -música, literatura, imagen – correspondiente. Todo era cambiante. No se llegó a realizar porque el proyecto pareció caro. Ahora creo que lo quiere hacer la Fundación March.
Entrevista de Javier Zurita. Galería Edurne, 25/1/-1974.
De este recorte, aparte del proyecto IBM, Sempere habla de otra posible experiencia en este campo experimental:
por eso estoy en contacto directo, desde hace meses, con Luis de Pablo para llegar a la conclusión (llamada artística) de una habitación-espectáculo-ambiente. El director de la Bauhaus Walter Grobius ya hablaba de este proyecto «integral», en el que la luz, el movimiento, el sonido y el color, eran los protagonistas. Queremos incorporar los últimos descubrimientos de la cibernética para enriquecer la inquietud de espíritu.
Años más tarde hablaría sobre la experiencia con «computadoras»:
La respuesta de la computadora es tan limitada como la de un medio mecánico, aunque esté potenciado por su gran capacidad de cálculo. Al principio creí -creímos- que iba a significar una solución de continuidad del arte. Luego he visto que no. Los resultados no son tan apetecibles y se han estancado, al menos por ahora, en la figuración consecuente con los planteamientos que el hombre hace.
Sempere. Gazeta del arte. 30/01/1974.